miércoles, 13 de enero de 2010

De las que reconfortan...

“Los hongos nacen en silencio; algunos nacen en silencio; otros, con un breve alarido, un leve trueno. Unos son blancos, otros rosados, ése es gris y parece una paloma, la estatua de una paloma, otros son dorados o morados. Cada uno trae –y eso es lo terrible– la inicial del muerto de donde procede. Yo no me atrevo a devorarlos, esa carne levísima es pariente nuestra.
Pero, aparece en la tarde el comprador de hongos y empieza la siega. Mi madre da permiso. Él elige como un águila. Ése blanco como el azúcar, uno rosado, uno gris.
Mamá no se da cuenta de que vende a su raza.”
M. di Giorgio