“Siempre he pensado que los que dicen 'te quiero
mucho', en realidad te quieren poco, o tal vez añaden el 'mucho', que en este
caso significa 'poco', por timidez o por miedo a la contundencia de ‘te
quiero’, que es la única manera verdadera de decir ‘te quiero’. El ‘mucho’ hace
que el ‘te quiero’ se convierta en algo apto para todos los públicos, cuando,
en realidad, casi nunca lo es. ‘Te quiero’, las palabras mágicas que te pueden
convertir en un perro, en un dios, en un chiflado, en una sombra”.
M. Busquets