lunes, 18 de enero de 2010

Invierno crudo

"Se había internado en la ciudad para cuando sintió que la temperatura bajaba.
Las caras le resultaban desconocidas, casi deformes.
Quería alcanzar algún lugar cálido, conocido,
donde pudiera pensar tranquilo,
tal vez sacar su libreta y hacer algunas anotaciones,
tal vez sólo tomar un café con algo dulce que recorriera su cuerpo,
pero se le hacía difícil sostener la fachada.
Las preguntan lo abrumaban nuevamente,
y no se sentía capaz de no romper en llanto.
Llevaba días y noches sin poder dormir.
Sin poder dejar atrás el pasado que lo acosaba incansable.
Soltar aquellas historias vividas, soltarla…"
N. Rostova