miércoles, 2 de enero de 2019

Espacios más habitables

"Ayer era domingo, fui a pasear con un amigo. Nos compramos algo para hacer un picnic, recorrimos el canal y debajo de un puente descubrimos una inscripción: 'Soy la pared, déjenme tranquila'.
[...]
Algunas palabras leídas en una pared bosquejan una experiencia poética. Calles o tierras que no decían nada sugieren historias, adquieren relieve. Ya no son espacios indiferenciados, cerrados, sino lugares dotados de una profundidad, a partir de los cuales soñar, pensar. Han llegado a ser un poco más habitables. Con el apoyo de la literatura asociada a otras artes, la capacidad de atención se afina, se tejen lazos con el prójimo y el lejano, se hace un lugar al Otro y quizá a cada uno. [...] En fin, la cosa se mueve. Y este rodeo por el Otro vuelve a dar movimiento, deseo".

M. Petit