miércoles, 9 de octubre de 2013

Un texto empastelado


"Una mañana el espejo del baño no me devolvió mi propio rostro, sino el de Anselmo Res. Este usurpador, con la arbitrariedad de una máscara perfecta, transmitía a su vez el desconcierto y el pánico que me inspiraba, prestándose dócilmente a mi expresión, aunque sin dejar de adulterarla.
Recuerdo que, tras la conmoción inicial, procuré descifrar la anomalía, buscarle una explicación psicológica. Pero no pude. Un temblor de piernas me obligó a manotear el lavatorio, a bajar la vista y a revisar mi figura. Así comprobé que, salvo la cabeza del otro, más reducida y ajustada a mis proporciones, todo seguía igual. Y ni siquiera mi voz sonó distinta cuando dije: 'Esto es un error', como si desde mi puesto de corrector de pruebas enfrentara un texto empastelado".
M. López de Tejada