Isidro Ferrer
“Helena me humillaba cada mañana, a la hora del
desayuno, contándome sus sueños prodigiosos. Ella entra en la noche como en un
cine, y cada noche un sueño nuevo la espera. Mientras ella cuenta, yo bebo mi
café en silencio. Más me vale callar. Los pocos sueños míos que consigo
recordar son de una bochornosa estupidez".
E. Galeano