"A veces tengo la impresión de que una epidemia pestilencial azota a la humanidad en la facultad que más la caracteriza, es decir, en el uso de la palabra; una peste del lenguaje que se manifiesta como pérdida de fuerza cognoscitiva y de inmediatez, como automatismo que tiende a nivelar la expresión en sus formas más genéricas, anónimas, abstractas, a diluir los significados, a limar las puntas expresivas, a apagar cualquier chispa que brote del encuentro de las palabras con nuevas circunstancias.
No me
interesa aquí preguntarme si los orígenes de esta epidemia están en la
política, en la ideología, en la uniformidad burocrática, en la homogeneización
de los mass-media, en la difusión escolar de la cultura media. Lo que me
interesa son las posibilidades de salud. La literatura (y quizás solo la
literatura) puede crear anticuerpos que contrarresten la expansión de la peste
del lenguaje”.
I. Calvino